El dolor emocional debe ser expresado y no reprimido, como lo dijo Sigmun Freud, las emociones reprimidas nunca mueren, están enterradas vivas y saldrán a la luz de la peor manera.
Se ha comprobado científicamente que existe una conexión entre las emociones y la salud física.
Las
personas que gozan de buena salud emocional son conscientes de sus
pensamientos, sentimientos y comportamientos. Ellas han aprendido maneras
saludables de lidiar con el estrés y los problemas que son una parte normal de
la vida. Se sienten bien consigo mismos y tienen relaciones saludables.
Sin
embargo, muchas cosas que suceden en su vida pueden perturbar su salud
emocional. Esto puede llevar a fuertes sentimientos de tristeza, estrés o
ansiedad. Incluso los cambios buenos o deseados pueden ser tan estresantes como
los cambios no deseados. Estos cambios incluyen:
- Ser despedido de su trabajo.
- Tener un hijo que sale o regresa a casa.
- Hacer frente a la muerte de un ser querido.
- Divorciarse o casarse.
- Sufrir una enfermedad o lesión.
- Conseguir un ascenso en el trabajo.
- Experimentar problemas de dinero.
- Mudarse a un nuevo hogar.
- Tener o adoptar un bebé.
¿Cómo
pueden mis emociones afectar mi salud?
Su cuerpo
responde a la manera de pensar, sentir y actuar. Este es un tipo de “conexión
mente/cuerpo”. Cuando usted está estresado, ansioso o molesto, su cuerpo
reacciona de una manera que puede indicarle que algo no está bien. Por ejemplo,
es posible que desarrolle presión arterial alta o una úlcera de estómago
después de un evento particularmente estresante, como la muerte de un ser
querido.
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